lunes, 30 de marzo de 2009

EDUCACIÓN


Jorge V. Ordenes L.



“El habla del boliviano es defectuosa”



Texto: Claudia Gonzales Yaksic


Durante 27 años de su vida, Jorge V. Ordenes L. trabajó en el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, Estados Unidos, donde comenzó como corrector de pruebas, siguió en la oficina de recursos humanos y terminó en el departamento de relaciones públicas dando más de 900 conferencias por toda Europa, Canadá, Estados Unidos y Sudamérica (excepto Paraguay y Ecuador), sobre la historia, condiciones, funciones, trabajo de deuda y momento actual del FMI.
Su carrera de articulista comenzó a principios de los años ´80, cuando sus escritos empezaron a ser publicados en revistas de Argentina, Estados Unidos y Bolivia. Hace más de una década que vive en Santa Cruz de la Sierra y ha sido docente de la UPSA y de la UTEPSA. Actualmente, cada semana sus artículos son publicados en seis periódicos bolivianos.
Tiene en proyecto editar un libro de ensayos, uno de poemas, otro de cuentos y varios otros con algunos de los más de 700 artículos que ha escrito hasta el momento.
Durante el pasado año 2008, en marzo y septiembre presentó la primera y la segunda edición, respectivamente, de su libro Breviario de Estilo y Corrección de Pruebas, uno de los pocos libros escritos sobre ese tema en Bolivia.
Jorge Ordenes nació en Sorata (La Paz) y como muchos otros bolivianos en 1957 tuvo que emigrar a Estados Unidos, donde se ganó una beca con la que consiguió una licenciatura en Economía y luego un Ph. D. en Literatura Hispánica de la Universidad George Washington. Es académico de número de la Academia Boliviana de la Lengua, correspondiente de la Real Academia Española, y también es parte del PEN Club Santa Cruz.



Usted no tiene un buen concepto del castellano que se maneja en Bolivia ¿por qué?
El habla del boliviano es defectuosa. Se habla bastante mal. Es la verdad. Hay un descuido cultural muy grande que se tolera. No se toma en cuenta la propiedad con que se debe hablar. Tampoco se corrigen unos a otros y lo escrito refleja eso.
No hay el corrector de pruebas. No hay la disciplina. Nadie enseña. Por alguna razón de subdesarrollo, Bolivia no tiene correctores de pruebas en instituciones que deberían tener, por ejemplo: periódicos, universidades, empresas. Simplemente no hay y los documentos, los artículos, los papeles, los periódicos y las revistas salen con faltas de ortografía y de sintaxis intolerables.