domingo, 3 de junio de 2012

EL TECHO

Julio de la Vega (*)

Después que cierro puertas,
después de amplios paredones,
después de cal cubriendo las cenizas,
después de oscuridad contra tu luz;
igual que enredaderas escalando muros
penetras en mi vida
como una fruta que se pasa el cerco,
como una claridad
a través de intersticios de ventanas cerradas,
como una primavera intempestiva,
como la ola sube al barco,
trepa hasta mis cabellos tu aquilón...
Yo empiezo la elevación de diques
para que no golpee en mi tu agua
y cierro oídos a tu nombre.
Trato de caminar sin ver atrás,
pongo candados en mi boca para no llamarte
y lanzo lejos esas llaves.
Me tejo de alambradas circundantes
para hacer frente a la añoranza;
me hago un tejado sobre el pecho
para que no me moje
la eterna lluvia
de tu eterno beso;
me pongo cardos en los dedos
para matar las ansias
y no tocar tu piel ni anandando por el sueño...

Y siempre irrumpes
como una marejada sin atajos,
como la liana gana el árbol,
como el zarzal en el jardín,
como el sol en las casas,
y vences la madera en contra tuya;
vences las sinfonías que hago brotar en mí
para impedir la entrada de tu voz,
vences la tropa de mastines que te lanzo
para que no me toque tu ternura;
vences el vallador de espinas que levanto
y llegas sin heridas; soplas para arriba la tormenta que llamo contra ti,
pasas el río de distancias
y la pared de fuego que he inventado
para mirarte lejos;
vences al centinela que te anuncia
para impedir tu paso,
ganas el puente levadizo,
las torres y los vados
y me invades
como una eterna inundación.

(*) Tomado de El árbol y la piedra. Poetas contemporáneos de Bolivia. Eduardo Mitre.

martes, 17 de enero de 2012

EVO, IVÁN Y EL TIPNIS

Texto: Claudia Gonzales Yaksic
Foto: www.contrainjerencia.com

Evo. A Juan Evo Morales Ayma le guardo un cariño muy especial porque lo conocí en un momento muy importante de mi vida, cuando comencé mis primeras armas serias como periodista del día-a-día en Los Tiempos. Esto ocurrió hace dieciséis años y todo él -- máximo líder de las entonces cinco federaciones de productores de hoja de coca del Chapare cochabambino-- me parecía (y aún me parece) verdadero, humilde, noble y de buen corazón: una mala combinación en un mundo donde priman la mentira, la codicia y la ostentación.
Por ese cariño voté por él en las históricas elecciones de 2005, a sabiendas de que mi Madre se revolcaría en su tumba, y por ese mismo cariño traté en todos estos años de su gobierno de alejarme lo más posible de los medios masivos y de no hablar mal de mi Presidente, porque dicen que calladita me veo más bonita.
Y también por ese mismo cariño que le sigo teniendo es que ahora –después de años de autocensura—vuelvo a escribir para salir en defensa de mi héroe de antaño, a quien el miércoles he visto solo y decepcionado de la vida en su recorrido en helicóptero por el Tipni´s; y no es para menos porque su anhelado proceso de cambio parece revertirse y todo por la negligencia de buena parte de sus colaboradores.
Iván. Con Iván Canelas, en cambio, mi relación casi nunca fue amable salvo unas pocas oportunidades en las que coincidimos brevemente como “colegas”. Pero cuando era mi maestro en la Universidad siempre me resistí a su falta de objetividad, al extremo de haber sido expulsada de su clase en por lo menos dos oportunidades a la orden de: “¡Gonzales fuera! ¡Vaya a lavarse la cara!”. En cierta medida fue un suceso académico traumático porque me sentaba siempre al último y tenía que atravesar con mi cara sucia todo el mar de compañeros que estaban más compungidos que yo por la bochornosa situación. En fin. El precio de no tener pelos en la lengua.
Tipni´s. Cuando me enteré que se iniciaba una protesta indígena por la construcción de una “moderna” carretera que atravesaría una reserva forestal tropical me llamó mucho la atención el interés del Brasil en esa ruta para agilizar su imparable economía. De ahí me fui más allá y pensé en la China, su principal mercado, y concluí tristemente que esa carretera terminaría construyéndose sin que medien argumentos tan poco convincentes para los negocios como lo son los derechos indígenas, la ecología y el moralismo antidrogas.
Pero cuando el conflicto del Tipni´s comenzó a hacerse grande mi indignación también creció porque a sabiendas de todo, el Ministerio de Comunicación se limitó a difundir una sola vez una tímida nota sobre las bondades de la carretera y no bombardeó con información positiva a los medios ni al propio canal del estado. Tampoco se preocupó de organizar una contra marcha o alentar un comité de defensa y de última ni se le ocurrió minimizar ni acallar toda la negatividad pública que se generó en torno. Todo apareció demasiado tarde.
Con una buena planificación, el Canciller no habría pasado tan mal momento, los indígenas no hubieran sido reprimidos y tal vez ni habrían marchado a La Paz; Sacha Llorenti seguiría con su cargo y Evo Morales gozaría de aprobación.
Aunque claro, sin esta mala gestión del Ministerio de Comunicaciones no habrían salido a la luz los eternos pormenores del poder: los intereses económicos personales, los sobre precios, las malas obras y el clásico dominio del más fuerte sobre el más débil. (Este artículo originalmente fue publicado en Los Tiempos, el 22 de noviembre de 2011) http://www.lostiempos.com/diario/opiniones/columnistas/20111122/evo-ivan-y-el-tipnis_150343_311990.html

martes, 3 de enero de 2012

YO, BASURA

Texto: Xavier Jordán Arandia.
Foto: Cortesía del autor

La primera vez que tomé conciencia real y efectiva de la singularidad de mi sobrenombre fue por culpa de Ricardo Arjona. Yo, joven y aventurado, había escrito un artículo rotundo en el cual, no digamos critiqué, vapuleé a ese engendro del mal gusto, la cursilería y la ineptitud. El hecho histórico, empero, radica en el escándalo que se suscitó después a raíz de la reacción que tuvieron algunas fans y defensoras de ese esperpento musical. Una secuela de respuestas y contra respuestas alegraron, durante semanas, las páginas de los diarios, y hasta se organizó un debate público de tonalidad pugilística entre la comunidad de fans indignadas y su humilde servidor. En el artículo utilicé expresiones muy variadas y coloridas para referirme al tal. Le dije mongólico, mediocre, rimador desaventajado, taxista… en fin. En alguna parte, para evitar repetir su apellido o nombre y con fines estilísticos, me referí al susodicho como “susodicho”. En el debate, luego del encendido intercambio de posturas que suscitaban las más diversas reacciones, una niña del público, muy linda por cierto, me increpó disgustada: ”¿A usted le gustaría que le digan susodicho?” dijo. Esa pregunta me hizo meditar en lo más profundo de mi ser y casi de inmediato respondí: “Yo no tendría problema con eso, ya que a mí me dicen Basura”.
Algo más de dos décadas que llevo con orgullo y convicción ese designio. Sin embargo, sus orígenes todavía no están del todo aclarados y los datos proporcionados por testigos e investigadores son, las más de las veces, contradictorios o imprecisos. Se tiene certeza de que el remoquete fue empleado por primera vez para referirse a mi persona a comienzos de la década de los 90 por un oscuro personaje llamado Fernando Luna Pizarro. Empero, no existe un acuerdo acerca de las razones que propiciaron tal denominación, generándose así una serie de hipótesis no confirmadas que, a saber, pueden clasificarse en: a) El comportamiento del sujeto apodado muestra una constante irreverencia ante los asuntos considerados serios o sensibles. b) El sujeto es particularmente hostil y marcadamente irónico con la humanidad en su conjunto. c) La conducta del sujeto altera el orden de lo considerado social y políticamente correcto. d) Todas las anteriores. Sea como fuere, creo que coincidirán conmigo, no se puede negar que estamos ante un alias que, más allá de su peculiaridad, proporciona bastante material para la reflexión y/o resemantización y análisis.
De principio porque es un mote con una marcada condición esquizoide. Su sentido puede cambiar y transformarse de acuerdo a las distintas circunstancias en que se aplica. Mucha gente que se ve afectada por mis comentarios lo ha empleado de manera peyorativa o despectiva. ¡Eres una Basura! suelen decirme. El problema está en que no causa el efecto esperado en quienes así lo utilizan porque tratándose de algo que llevo conmigo tanto tiempo llegué a tomarle cariño. Cuando me lo dicen así, me suena a piropo. Por otro lado, no debemos olvidar las capacidades que tiene el apelativo para ser utilizado en varias instancias y circunstancias adquiriendo un carácter glamoroso. Por ejemplo, en una recepción social jailona, los comensales podrán dirigirse a mí apelando a sus formas anglosajonas. Me dirán “Trash” o “Garbage”, lo cual suena bastante cool. En circuitos académicos optan por su equivalente latino, o sea, “Detritus” que me hace poseedor de un aire culto y refinado. Conozco una bellísima dama que convierte el vocablo en un arma infalible de seducción, pues créanme queridos lectores, no escuché nada más sexy en mi vida que la voz melodiosa de esa mujer diciéndome “Basurinha”. Por angas o por mangas, este motete tiene personalidad. 
Sin embargo, no deja de ser curioso (y gracioso) el efecto que causa en terceros que alguien me llame así, tan pública e impunemente. Es más, se sorprenden de que yo no reaccione con violencia sino que conteste el llamado con una sonrisa. De hecho hay personas que pese a nuestra cercanía y aprecio se han negado a llamarme así, o en su defecto, han empleado su forma cariñosa. Lucho Campuzano y Michael Fergusson, por ejemplo, dilectísimos amigos, nunca pudieron sino decirme “Basurita”. Como tratando de minimizar el daño pero conscientes de la verdad del asunto. ¡Qué muchachos! Siempre tuvieron para mí las palabras y los gestos más respetuosos. Otro ejemplo es César Brie. Nunca salió de su asombro cuando se enteró que mis amigos se referían a mí como Basura y yo ni chus. Hasta creó un personaje en su obra Ubú en Bolivia al cual llamó “Blasura” y no como se debe. Fue un gesto conmovedor créanme y eso que yo le insistía en que se relajara, que no afectaba para nada mi autoestima el hecho que me digan Basura sino que, por el contrario, me dignificaba. 
Imaginen ustedes entonces las infinitas posibilidades de las variantes que suscita tal apodo. Basu, Basurex, Basurin, Bazooka… Las escuché todas. Y ni que decir de los chistes. Un ahora senador, de cuyo nombre es mejor no preocuparse, sugirió un graffitti que diga: “Muera EMSA. Fdo. Basura Jordán”. Así, soy un fulano auténticamente feliz con su sobrenombre y no un simple resignado a ser “Pato”, “Chuflay” o “Balconjeta”. De hecho, soy autor gracias a mi apodo de una nueva “metafísica popular”, de las del Papirri. Cierta noche aciaga, cantando él la letra de ese su hit que tiene linduras conceptuales como “qué burro ese perro”, “se pintan casas a domicilio” o “ese alto me llega a los huevos”, me preguntó si se me ocurría alguna. Claro que se me ocurrió, me salió de lujo y tan espontáneamente que la atesoro como una de mis máximas creaciones en el campo poético, porque además es cierta e irrefutable: “De cariño…me dicen Basura”.

xordanov@gmail.com
(Publicado en el periódico Opinión de Cochabamba, el 16 de junio de 2011)

martes, 27 de diciembre de 2011

Más de Filemón Escóbar




Texto: Juan José Anaya Giorgis
Foto: Tomada de El Deber  
Filemón Escobar es un monumento viviente de la política boliviana. Le sobran enemigos y rivales a muerte. Este destino no podría ser distinto para un hombre cuyo desempeño práctico ha sido varias veces decisivo en la historia del país. Escobar emergió del seno del sindicalismo minero cuando la minería era la arteria económica vital de Bolivia y este movimiento tenía la fuerza de paralizar el país.
Como dirigente minero tuvo sus luces y sombras. En 1964 encabezó una caravana minera hacia La Paz con el objetivo de arrebatar el poder a Paz Estenssoro durante los episodios denominados por Zavaleta Mercado como la “conjuración de noviembre”. Por desgracia para la COB, la movilización sindical sólo contribuyó a que el General Barrientos se haga del control del Estado como dictador. Pero aquel escenario mítico no fue la única vez en que Escobar se vio al frente de una movilización histórica contra Estenssoro. Ambos caudillos se enfrentaron nuevamente en la infelizmente bautizada marcha “por la vida” de 1985; ocasión en la que Paz Estenssoro impuso el 21060.
Quizá por eso Escobar aún conserva un odio confeso hacia el MNR del 9 de abril. Nuestro personaje también salió victorioso de muchas contiendas políticas. Suficiente recordar que él mismo fue mentor personal de Evo Morales y el sindicalismo cocalero, una criatura suya que luego alzó los puños contra él, el padre, pero criatura suya al fin.
Escobar proviene de una era política ya extinta. Paz Estenssoro, Lechín, Siles Zuazo, Guillermo Lora, Zavaleta Mercado, Almaraz Paz, etc. sostuvieron debates con él. Pero no por eso estamos frente a un fósil social que aparece en las páginas de un libro, sino frente a un hombre que articula el pasado mítico de las luchas mineras con el momento actual.
Y es verdad que a este peregrino incansable de la política se le pueden reprochar muchas cosas, pero hay algo seguro, Escobar nunca se enriqueció ilícitamente o a costilla de la dirigencia sindical y como político goza de plena vitalidad.
Actualmente dirige a los disidentes del MAS, un movimiento compuesto por viejos sectores del partido de gobierno descontentos con el curso de la actual gestión y sin duda tuvo algo que ver con los recientes levantamientos de Potosí.
Por mi parte, no lo niego, con estas líneas he tratado de homenajearle, pero este gesto en nada me vincula a su movimiento y menos me hace un empleado suyo.

lunes, 19 de diciembre de 2011

COCA-COCAÍNA

La cocaína y Yo


Texto: Claudia Gonzales Yaksic
Foto: Bambi Cruz

martes, 18 de octubre de 2011

DE PELÍCULA

Quiero matar a mi Jefe


--¿Qué mierda es eso? Nos cuesta mucho dinero --dice el heredero cocainómano de una industria química estadounidense--.
--Tu papá quería tirar responsablemente nuestros deshechos químicos. Para hacer eso hay que gastar un poco más de dinero –responde el empleado de confianza--.
--Los bolivianos lo harán por un tercio del precio. Los contrataré –refuta el cocainómano--.
--No puedes hacer eso porque pondrás en peligro a miles de habitantes –alega el empleado--.
--Me importa un carajo si a un indio le da cáncer. ¡Que lloren lo que quieran! –dice el cocainómano--.
--No son indios, es una sociedad moderna –dice el empleado. De la película “Quiero matar a mi jefe”.

jueves, 6 de octubre de 2011

COCA-COCAÍNA

En abril aparecen los demonios

Texto: Claudia Gonzales Yaksic
Foto: Tomada de www.boliviahoy.com


Como me siento muy muerta para seguir luchando sin armas y sin trinchera en esta aparente infértil arena caliente, ayer  5 de octubre de 2011 después de muchísimos años me fui a la Hemeroteca Municipal de Cochabamba  para aspirar el viejo polvo de papel periódico y así revivir mis doradas épocas de reportera de la sección Ciudad del gran Los Tiempos y esta es la cronología de titulares que se generaron durante el mes de abril de 1995 (hace 16 años YA!) en torno a uno de los temas que periodística y humanamente   más me apasiona: El peligroso circuito Coca-Cocaína.
2 de abril: Gobierno entregó dinero para erradicar cocales.
8 de abril: Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada:  “Nuestro país será garroteado si cocales no son erradicados”.
9 de abril: Fuerzas Armadas respaldarán erradicación de coca ilegal. Cocaleros se arman con hondas, palos y flechas.
10 de abril: Gobierno- COB reanudarán hoy las conversaciones.
13 de abril: Militarización del Trópico se va tornando inminente. Narcotráfico colombiano seguía operando en Bolivia.
18 de abril: Alrededor de 300 dirigentes están detenidos (confinados y procesados). Allanamientos provocan angustia.
19 de abril: El país bajo estado de sitio. Encapuchados toman sede de fabriles.
22 de abril: Gobierno no descarta proceso contra dirigente Evo Morales. Ministro Sánchez dijo que se planificaban “supuestas acciones de terrorismo”.
24 de abril: Presidente descarta golpe…