ANTONIA SANDEZ NEGRINI:
“Me gusta toda Bolivia”
Texto: Claudia Gonzales Yaksic
Foto: Alianza Francesa Santa Cruz
Después de trabajar por cuatro años como directora de la Alianza Francesa en Santiago de los Caballeros (República Dominicana), Antonia Sandez Negrini llegó a Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en septiembre de 2004 para ocupar el mismo cargo. Desde entonces hasta julio de 2008, trabajó con impresionante entusiasmo, apoyando todas las actividades culturales valiosas.
Toda su notable labor profesional, entre la que destaca en Bolivia la promoción de la revitalización del patrimonio histórico cruceño, que la encabezó junto a Jutta Weber (directora del Goethe Zentrum), le valió recibir en abril de 2008 (foto) la condecoración de las Palmas Académicas, una importante distinción que concede el Gobierno de Francia a las personas que trabajan en el campo cultural.
En agosto del año pasado volvió a su país para que sus dos hijos conozcan un poco el sistema francés y –lo más importante-- para nutrirse de su cultura porque, de lo contrario, su trabajo sería puro cliché, como ella misma dice.
Antonia Sandez nació en Lorena. Su madre de Andalucía y su padre de Extremadura, llegaron por separado a Francia en los años 60 para trabajar. “Tuve la suerte de nacer en Francia porque te da la posibilidad de estudiar aunque tengas bajos recursos”. Con esa posibilidad, luego del bachillerato sacó una maestría de Español en la Sorbona. Su vida laboral comenzó como encargada de la Biblioteca Latinoamericana de la Universidad de Nancy y su vida docente en el colegio Mèziéres. Siguió en Estambul (Turquía) en el Instituto Francés, donde conoció a su esposo. Luego, ambos se fueron a Holanda, donde siguió como profesora del Instituto Francés de Ámsterdam e hizo una maestría a distancia en Francés como Lengua Extranjera en la Rouen. De vuelta en Francia trabajó durante cinco años dando clases de literatura francesa y de letras modernas.
Uno de sus mayores vicios –como ella dice-- es la lectura y sus autores favoritos dependen del momento, de porqué lee, si es para relajarse o para aprender. Pero le encantan los sudamericanos Vargas Llosa, García Márquez y Jorge Amado. De la literatura francesa le gustan los clásicos como Montaigne, Zola y los contemporáneos como Aragon, Prevert, Camus, Sartre. Pero la literatura francesa del Nouveau Roman le aburre un poco porque es muy fría.
Otro de sus vicios es bailar: tango, salsa, merengue, contemporáneo. No le gusta mucho el ballet y en Bolivia le hubiera gustado aprender chacarera. “No me da vergüenza, me gusta bailar. Cualquier expresión me encanta... Nunca hubiera podido actuar pero me encanta ir al teatro. Cuando voy a París es lo que más que me gusta hacer. No me canso”.
También le gusta el cine italiano de los años ´60 y de la música todo, menos el rock metálico y heavy. Como le gusta viajar, de Europa conoce casi todo, África un poco, de Sud América: Colombia, Perú y Argentina. Asia le falta y de Estados Unidos le gustaría estar por Nueva York. “Quiero seguir viajando. Quiero conocer el sur de Italia, el mediterráneo y me gusta la cultura del África del Norte”. Le gustaría estar en Marruecos, Túnez y Argelia, “pero el problema de la religión, para las mujeres a veces es difícil y eso impide que pueda”.
“Me gusta toda Bolivia”
Texto: Claudia Gonzales Yaksic
Foto: Alianza Francesa Santa Cruz
Después de trabajar por cuatro años como directora de la Alianza Francesa en Santiago de los Caballeros (República Dominicana), Antonia Sandez Negrini llegó a Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en septiembre de 2004 para ocupar el mismo cargo. Desde entonces hasta julio de 2008, trabajó con impresionante entusiasmo, apoyando todas las actividades culturales valiosas.
Toda su notable labor profesional, entre la que destaca en Bolivia la promoción de la revitalización del patrimonio histórico cruceño, que la encabezó junto a Jutta Weber (directora del Goethe Zentrum), le valió recibir en abril de 2008 (foto) la condecoración de las Palmas Académicas, una importante distinción que concede el Gobierno de Francia a las personas que trabajan en el campo cultural.
En agosto del año pasado volvió a su país para que sus dos hijos conozcan un poco el sistema francés y –lo más importante-- para nutrirse de su cultura porque, de lo contrario, su trabajo sería puro cliché, como ella misma dice.
Antonia Sandez nació en Lorena. Su madre de Andalucía y su padre de Extremadura, llegaron por separado a Francia en los años 60 para trabajar. “Tuve la suerte de nacer en Francia porque te da la posibilidad de estudiar aunque tengas bajos recursos”. Con esa posibilidad, luego del bachillerato sacó una maestría de Español en la Sorbona. Su vida laboral comenzó como encargada de la Biblioteca Latinoamericana de la Universidad de Nancy y su vida docente en el colegio Mèziéres. Siguió en Estambul (Turquía) en el Instituto Francés, donde conoció a su esposo. Luego, ambos se fueron a Holanda, donde siguió como profesora del Instituto Francés de Ámsterdam e hizo una maestría a distancia en Francés como Lengua Extranjera en la Rouen. De vuelta en Francia trabajó durante cinco años dando clases de literatura francesa y de letras modernas.
Uno de sus mayores vicios –como ella dice-- es la lectura y sus autores favoritos dependen del momento, de porqué lee, si es para relajarse o para aprender. Pero le encantan los sudamericanos Vargas Llosa, García Márquez y Jorge Amado. De la literatura francesa le gustan los clásicos como Montaigne, Zola y los contemporáneos como Aragon, Prevert, Camus, Sartre. Pero la literatura francesa del Nouveau Roman le aburre un poco porque es muy fría.
Otro de sus vicios es bailar: tango, salsa, merengue, contemporáneo. No le gusta mucho el ballet y en Bolivia le hubiera gustado aprender chacarera. “No me da vergüenza, me gusta bailar. Cualquier expresión me encanta... Nunca hubiera podido actuar pero me encanta ir al teatro. Cuando voy a París es lo que más que me gusta hacer. No me canso”.
También le gusta el cine italiano de los años ´60 y de la música todo, menos el rock metálico y heavy. Como le gusta viajar, de Europa conoce casi todo, África un poco, de Sud América: Colombia, Perú y Argentina. Asia le falta y de Estados Unidos le gustaría estar por Nueva York. “Quiero seguir viajando. Quiero conocer el sur de Italia, el mediterráneo y me gusta la cultura del África del Norte”. Le gustaría estar en Marruecos, Túnez y Argelia, “pero el problema de la religión, para las mujeres a veces es difícil y eso impide que pueda”.