martes, 22 de junio de 2010

CLAUDIA MERCADO: CREATIVIDAD EXCEPCIONAL


Texto: Claudia Gonzales Yaksic


Foto: María Luisa Hoyos



Claudia Mercado Rivero (Beni-Santa Cruz) comenzó su carrera estudiando dos años en la escuela de Diseño Altos de Chavón de República Dominicana y ahí ganó una beca para la Parsons School of Designe en Nueva York (Estados Unidos), que es una de las mejores escuelas de diseño de modas que hay en el mundo.
“Me quedé un tiempo por allá trabajando en Kalvin Klein pero ví que es un mundo muy superficial y muy ambicioso y extrañaba mi familia, mi campo, la naturaleza y volví. Llegué aquí pensando que iba a poder hacer todo lo que hacía allá pero me topé con un montón de peros. No había nada. Empecé a trabajar con la moda pero no había ese concepto de diseñador y todo el mundo quería cosas elegantes y yo soy más sport. Me decepcioné de eso y lo dejé porque no podía ir contra la corriente”.
Así, Claudia Mercado –sin dejar de diseñar-- comenzó a hacer otras cosas que le gustaban, “nada que ver con moda”, como trabajar la madera en distintas técnicas. Y para conjugar el arte con la vida real trabajó como coordinadora para unos cursos dirigidos a médicos. “Ahí aprendí los conocimientos de administrar, de coordinar y otras cosas”. Después trabajó en joyerías Anahí. “Siempre me gustó la joyería y no sabía cómo hacerlo, cómo empezar, y eso fue lo que me dio la pauta de que podía. Aprendí cómo se hacía el trabajo y conocí a la gente que hacía las cosas y ahí empecé” y así es como esta excepcional diseñadora abrió el 2001 su propia tienda y en los nueve años que lleva cada día gana más clientela y se ha consolidado como una de las más productivas y creativas diseñadoras de joyas de Bolivia.

SU ESTILO

Claudia Mercado define su estilo como “bien atrevido y con mucha personalidad”. Su gusto por los diseñadores de moda varía según la calidad de las colecciones que presenten, pero en general admira mucho a Marc Jacobs. “Cuando yo estaba allá (en Nueva York), quebró. Se le quemó su estudio y ahora está diseñando en París. Antes era impensable para un diseñador americano diseñar para los parisinos, era fatal, porque ellos se creen los dioses de la moda”.
Así como Jacobs, también le gustan Roberto Cavalli, Jean-Paul Gaultier, y Armani por su sencillez y elegancia; y también le gusta mucho la firma italiana Marni. “Yo miro todo”, dice.