martes, 17 de noviembre de 2009

CUATRO MIL AÑOS DE COCA

CUATRO MIL AÑOS DE COCA



Por Claudia Gonzales Yaksic


"…los indios recién conquistados preferían las Hojas de Coca antes que al oro, la plata o las piedras preciosas".

La antigüedad científica registrada sobre la Hoja de Coca se remonta a por lo menos 4.000 años atrás. Parece que desde entonces, así como simple hoja, fue muy exitosa y que su consumo estaba ampliamente extendido por toda América, y que incluso la habrían conocido y usado en el Egipto faraónico.
Para fines del siglo XV d.C. la Coca llegó al Viejo Continente con Américo Vespucio, que dicen la vio por primera vez en Venezuela.
A partir de 1532, cuando los españoles empezaron a llegar a lo que hoy es Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, narraban asombrados como los indios recién conquistados preferían las Hojas de Coca antes que al oro, la plata o las piedras preciosas. Pues así era y en aquel tiempo tal era su poder que se usaba como moneda o instrumento de intercambio.
También contaban que durante la colonia parecía una historia de fábula el hecho de que sólo en Potosí (Bolivia), costara más de medio millón de pesos cada año la contratación de Coca y que en las ricas minas de esta tierra --según Matienzo--, se consumía más de un millón de kilos de hoja al año. Además, sólo en el Cuzco (Perú) había más de 400 mercaderes españoles dedicados a su cultivo y comercio. Ya en el siglo XVIII en los Yungas bolivianos existían más de 300 haciendas donde se cultivaba exclusivamente Hoja de Coca.
En los últimos 500 años se ha intentado extender su cultivo a varias regiones del mundo pero sin ningún éxito. Hasta donde se sabe, este nuevamente polémico arbusto sólo crece en las tierras andinas de Colombia, Perú, Bolivia y Ecuador.

martes, 10 de noviembre de 2009

LA MÍTICA COCA



LA MÍTICA COCA



Por Claudia Gonzales Yaksic
Foto tomada de http://www.delisse.ec/hojadecoca.htm


Según una leyenda aymará que circula en América: Un grupo de indígenas de las tierras altas trataron de establecer una colonia en los Yungas y para eso tuvieron que quemar la selva original. Los dioses, enfurecieron por esto, barrieron la nueva colonia con lluvias torrenciales. Los indígenas se refugiaron en unas cuevas y cuando pasó la tormenta salieron y no encontraron más que desolación. Debilitados por el hambre y la desesperación, hallaron un arbusto de hojas verde brillante y cuando introdujeron las hojas en sus bocas les calmó la sed y el hambre.
Otra leyenda referida por el sociólogo José Mirtembaum, dice que: Mama Coca era hija de Pachamama: la reina y señora de la Tierra. Pero, "Mama Coca era una mujer extremadamente hermosa y completamente inaccesible. Ningún hombre se le acercaba porque su belleza era demasiado fulgurante, demasiado quemante y quedó en soledad. Como su anhelo era ser amada, un día se sintió muy sola y abandonada y reclamó a su madre por haberla hecho tan hermosa". Y la Pachamama, ciertamente enfurecida por tal reclamo, convirtió a su hija en una planta para que sea amada y poseída por todos los hombres del mundo.
Otra versión mucho más dramática --siguiendo con José Mirtembaum-- refiere que: La belleza de Mama Coca causó tantos problemas en la comunidad que los hombres se peleaban por ella. Entonces, los ancianos jefes de la comunidad decidieron partirla en dos: una mitad la enterraron y de ahí nació el arbusto de la Hoja de Coca y la otra mitad la quemaron para convertirla en la ceniza con que se masca la coca.
Otra leyenda dice que Manco Cápac, el hijo de El Sol, descendió de los peñascos del lago Titicaca trayendo a los desventurados la luz de su padre, la sabiduría de los dioses, las enseñanzas de las artes útiles y también traía consigo la planta de coca que sacia al hambriento, fortalece al más débil haciendo que olvide su infortunio y permite a los adivinos averiguar el futuro.
Otra leyendas narrada por el escritor Antonio Diaz Villamil, ubica a la Hoja de Coca como un regalo del dios Inti para los originarios de los Andes sudamericanos que, sometidos por los "conquistadores del oro y de la plata", necesitan algo que les ayude a mitigar el "dolor de su corazón, el hambre de su carne y la oscuridad de su mente".